miércoles, 17 de diciembre de 2008

Arrogancia elfica

Yo, Dawnaril Quietleaf investigador de los imperios antiguos de los Elfos, y erudito. Yo quien a través de tomos antiguos me convertí en uno de los pocos conocedores del arte del poder arcano marcial combinado.

Aun no podía creer como es que teníamos que recurrir a la ayuda de razas inferiores por definición como los humanos, para defendernos de aquellas criaturas... Los phaerimm...

Claro que tenía muy presente que los netherinos antiguos habían alcanzado las mayores cotas de poder arcano, pero también sabía que su codicia de poder los llevó a su propia destrucción...

Por lo que, aunque inferiores, destruir nuestra comunidad bien podrían, de haber mantenido los recursos que en la antigüedad poseían. Y aun así nos habían ofrecido una alianza.

La pregunta estaba tácita, flotando en el aire. ¿Habíamos hecho bien en confiar en ellos? La respuesta no había tardado en darse a conocer. A poco tiempo de haber hablado con Loremaster Arnemar unos 30 a 40 de estos seres empezaron a tomar forma entre las sombras del bosque de Eternôska, como si siempre hubieran estado allí esperando la decisión de Arnemar, listos y preparados para cualquier percance o "diferencia" que pudiera ocurrir.


La parte de luz que aun golpeaba los arboles fue de a poco siendo bloqueada por algun recurso sobrenatural de aquellas criaturas, que luego de unos instantes empezaron a mostrarse...

Y sin embargo...

Que hubiera sido de nosotros si los Umbras no nos hubieran ayudado a derrotarles...

Yo no había creído en la sabiduría de Loremaster Arnemar. Incluso había concluido que había sido compelido a que aceptara...

Pero ahora estábamos agradecidos y en deuda con los Umbras por habernos ayudado a repelerlos. Aunque mas que una alianza comercial y el respeto que merecían no habían pedido, sabíamos que por algo nosotros no habíamos percibido diferencias con esta extraña y peligrosa comunidad.

Y es aquí cuando mi historia salta aún más atrás...
Antes aún del tiempo en que los enanos retomaran el control sobre Mithril Hall. Hablamos del tiempo en que conocí por vez primera a Ilynn Greagorus.

Ilynn Greagorus. Aquel humano. Uno de los pocos humanos, si no era el único que había visto crecer en Eternôska. Aún recuerdo como si fuera ayer, aquel compañero elfo que lo trajo envuelto en una manta ensangrentada, desde el norte, de más alla de las Colinas Kapagrís, y el páramo solitario. Supimos su nombre, dado que llevaba una cadenilla con su nombre y apellido

Aunque el no quizo explicar, estaba claro que nuestro elentoronnen tenía sus razones. Aunque mas allá de ellas, el niño no podría vivir aquí.

Pero por alguna razón nuestro hermano elfo, había decidido encargarse de la salud del niño, al menos hasta que pudiera valerse por si mismo. Una gran discusión tuvo lugar, en el Consejo de Sabios, pero nuestro siempre moderado Arnemar se habría hecho cargo de que aquellas discusiones no se fueran mas allá de lo civilizado.

No estuve presente, pero me enteré de la resolución tomada por Loremaster Arnemar, y como soy yo, al igual que aquellos antiguos conservadores del consejo que alzaron la voz, me sentí ultrajado, Loremaster Arnemar había llegado con el consejo pronunciar el dictamen: El niño sería criado por nosotros hasta que pueda defenderse solo.

En mi cabeza, los peores pensamientos revoloteaban como pájaros de mal agüero por mi cabeza.
¿Por que? ¿Por que un niño de raza inferior debería venir con nosotros?, ¡asi pronto vendrán de todos los pueblos y razas para que les cuiden sus niños!

Pero no había discusiones con las decisiones tomadas en el consejo. No se como rindieron su palabra tan fácilmente los conservadores, pero no iba a discutir la decisión de los sabios.

Aunque traté de vivir como si el niño no existiera, no podía evitar dedicarle miradas altivas de desprecio, cada vez que pasaba cerca mío. Y pensar que el niño se creía uno de nosotros. ¡Claro que no lo era! Le llevaría un siglo ambientarse a nuestra forma de vida, y eso significa que nunca lo hará.

Pero así fue que Corellon Larethian me dió una lección. Una que nunca olvidaré.

martes, 28 de octubre de 2008

El quiebre de un dogma

La casa Lannister era unas de las mas importantes del acaudalado distrito norte de Aguas Profundas, y yo el segundo hijo varón de la casa Lannister, fui nombrado Tyrion Lannister por parte de mi madre Maiel, en honor a su querido esposo y mi progenitor, Tywin.

Había nacido en una época de auge para nuestra familia, y como era tradición en la familia por generaciones, fui alejado de los cariños de mi madre, a la corta edad de 8 años para dejarme en tutoria de unos hombres de unidad clerical de El Vigilante para ser entrenado como caballero, y seguidor del dogma de Yelmo.



Escudo de Lannister
De ese tiempo, rescato que me fue enseñado que la gloria y la valía demostrada al defender a alguien en combate, presentándose a un combate honesto y lo que uno dejaba a los demás era mucho mas importante, que el hecho de realmente vencer ese combate.

Así como el clero de Yelmo me lo enseñó, la vida es eso, son todos los momentos en que estamos previo a esos objetivos, siempre cambiantes. Si nos paramos en cualquier momento a mirar hacia atrás en nuestras vidas veremos como la misma fue la constante persecución de nuevos y cada vez mas altos objetivos, porque los humanos somos así, como una semielfa una vez me dijo, viven rápido, viven apurados, y no ven que la vida se les va.
Solo unos pocos se detienen a en verdad disfrutar de la persecución de sus objetivos. Lo importante no es llegar al final, sino disfrutar del camino.
Y mi camino era la protección de mi familia. Tal y como la tradición lo indicaba, yo aprendería a todo lo que debía de saber del combate marcial en un entrenamiento mas arduo de lo que ningún escudero haya soportado. Y estaba convencido en corazón y alma al igual que quienes me enseñaban, de que de grande no fallaría en mi trabajo.

El símbolo de Yelmo(Arriba)
Pero no solo aprendí como entablar un combate marcial, sino como dirigirme hacia los nobles, las casas mas importantes, quien es quien en los altos cargos, y de que se ocupa, como reconocer insignias de las diferentes casas, algo de historia de la creación de Aguas profundas, y otras ciudades, entre otros sucesos importantes y también del resto de Toril.
Llegué junto con un arduo entrenamiento tanto físico como de estudios a completar la base del observador. Y a la temprana edad de trece años junto con otros adolescentes y jóvenes adultos que a diferencia de mi familia, habían empezado sus estudios marciales más tardíamente, hice la jura de proteger a su familia, y los descendientes en un ritual.
Ya estaba listo para volver a casa. Y así lo hice.
Finalmente ejercería como protector de mi familia. Protector de la casa Lannister, ¡Caballero Defensor de Lannister!. Aunque a duras penas podía cargar con la armadura y el escudo, me las arreglaba bastante bien para la edad que tenía, ya que en el arduo entrenamiento había desarrollado un físico paralelo al de un desarrollado muchacho de dieciocho años o incluso más.
Dentro de todo, podía cargar con todo el peso del cargo que buscaba ejercer. Y ejercí, durante un corto tiempo al menos.
Al poco tiempo de empezar a trabajar como guardián de la familia, como el orgullo de la familia, una noche, se efectuó un ataque preparado con meses de antelación a la casa Lannister. A todos los defensores nos tomaron desprevenidos, pero ellos ya sabían todos nuestros puestos, nuestros cambios de guardia, todo. Nunca logré realmente ver a ninguno de cara, su cara estaba cubierta en la mayoría de los casos, y los que no estaba como distorsionada por medios mágicos. Lo primero que pensé, lo primero que se me cruzó por la cabeza fue proteger a la familia. Tiempo después de que al menos creímos afianzada la seguridad, me puse a pensar en quien podría haber sido el promotor de este violento ataque. Y me puse a pensar en que Lannister defendía los intereses de poderosos burgueses. Pero no pude pensar mucho mas ya que sentí un aguijonazo entre las placas de la armadura y posteriormente caí inconsciente.

Incapacitado desperté en un calabozo posiblemente nuestro calabozo, pero yo dado que nunca me había sido ordenado bajar, nunca lo había hecho, pero ahora que estaba allí imaginaba mi padre, Tywin había manejado los hilos para que eso no sucediera.
Pero nada de ello importaba ahora, me encontraba encadenado frente a un par de hombres armados, desaliñados, de edad adulta y que apestaban a suciedad alcohol y podredumbre.
Encontré a mi hermano mayor, Jaime, encadenado en la pared de enfrente de mi celda, casi inconsciente. Nunca lo había visto así, totalmente privado de su constante y carismática sonrisa. y estos hombres lo golpeaban cada vez que se les ocurría. No me imaginaba, no me quería imaginar que había sido de el resto de la familia. La impotencia y la desesperanza estaban minando los preceptos fundamentales de mi juramento.
Y se de reían de mi, quien les replicaba en buenos modos que cesaran, me desencadenaran y se enfrentaran a la ira de Yelmo en un duelo de igual a igual, como cualquiera que se haría llamar caballero haría.
Luego de teatralizar mi reto entre ellos riéndose de buena gana, uno de ellos decidió enfrentarme. Y me dio la llave para que me suelte. No me había terminado de ajustar la armadura y el escudo que aquel hombre ya atacaba. Logre esquivar un par de golpes y rechazar todos los ataques posteriores con el escudo, pero por los fuertes golpes, mi brazo había quedado entumecido. Pese a las bebidas estupidizantes que el hombre había tomado, la fuerza que poseía y su habilidad demostrada en combate hacia de el un oponente digno para mi, en cuanto habilidad al menos. Pero carecía de la gallardía de un combatiente limpio. Me convencí a mi mismo que este hombre no entendía el propósito de la vida, y que yo, al si saberlo, tenia la ventaja, al tener confianza en la vida y que El Vigilante guiaba mi hoja y escudo.

Pero mi fuerza conforme el combate avanzaba empezaba a fluctuar. Mi inexperiencia eventualmente superó a mi fuerza interior y mi temple, y mi espada voló por los aires. El brazo que sostenía el escudo ya había perdido toda sensibilidad, y el otro hombre tenia su hoja, un mandoble empuñado con ambas manos, apuntando a mi cuello.

Y deshonrado, posteriormente me ubicaron en una doncella de hierro. Disfrutando de mi derrota. La tortura fue terrible, no quiero seguir recordando los porqués de las múltiples escarificaciones que tuve en espalda y abdomen. Recuerdo que tampoco me dejaban dormir, se turnaban para mortificarme. Estaba a punto de caer en la inconsciencia cuando escucho un grito de un grotesco vozarrón.
"Así que la ira de Yelmo eh? Protege a tu hermano de esto!"
Y mi hermano gritó. Ante mis ojos, el otro de los hombres le había penetrado con una daga en su estomago. Yo lloraba, al tiempo que todas mis convicciones se derrumbaban, mi hermano se estaba desangrando, y no habia nada que pudiera hacer.
"Idiota!, que has hecho, ahora la guardia regresará!" Fue lo que le recuerdo haber oído al otro.
Casi inmediatamente después, por un importante golpe con la empuñadura de uno de los hombres vuelvo a caer inconsciente.
Creí que moriría. Pero recuerdo abrir los ojos levemente para distinguir dos borrosas figuras, ataviados como guardias Agundinos, ambos agachados mirándome y tratando de hacerme sobrevivir. Yo mire entre ellos con una expresión vacía en mi rostro, y enfrente mio un lugar ensangrentado era toda la prueba de que mi hermano había estado enfrente mío. Ya no estaba. Y yo perdí la conciencia.

Desperté en un lugar que bien conocía, la iglesia de Ilmater. Allí los heridos eran tratados sin pedido de retribución, dado que el Dios quebrado se ocupa de ampararles.

El Dios quebrado se ocupa de ampararles...
Y que hay de mi dios?

¿Por qué no pude defender mi familia?, ¿por qué no fui mejor que aquel borracho? ¿Es que mi devoción no era suficiente?
Pero no era culpa de mi Dios. Era culpa mía, y lo sabía, tal vez mi edad, mi inexperiencia, mi confianza en que El siempre estaría protegiéndome, como yo lo hacía con mis protegidos... O quizás todo eso junto. Quizás todo eso era una sola cosa.

Y sobre todo, ¿que haría ahora? ¿cual era ahora el propósito de mi vida? ¿Que hace un protector vivo, cuando sus protegidos probablemente hayan muerto, y el no haya hecho nada al respecto?

En este punto me dí cuenta que mi existencia era ahora banal, incluso más, una deshonra para mi familia. ¿De que valía seguir vivo? Y me sumergí en mis temores y mis dudas, durmiéndome nuevamente en la cama que se me había proporcionado y de la que aun no podía levantarme por mis propios medios.

En sueños recurrentes durante esos días, me encontré a mi mismo caminando con la cabeza gacha a lo largo de un sinuoso camino donde a los costados había oscuridad y cada tanto una refracción de luz aparecía de arriba y veía una escena en la que mis amigos de confianza, y todos aquellos a quienes había jurado proteger, eran asesinados, uno a uno, yo, estaba armado con mi armadura, y mi escudo, y mi hoja de confianza, pero el escudo no era el de mi familia, sino que estaba un poco modificado, era el leonino dorado de perfil, agarrando una moneda de dos caras. Yo estaba confiado, aunque no sabía por qué. Intenté desviarme el sueño, no podía mover las piernas, estas se movían solas, llevándome en el centro de aquel camino, a través de montones de situaciones que seguramente sucedieron en aquel ataque. La ultima de mis imágenes era la de mi hermano mayor, desfalleciendo en nuestro calabozo.

Cada vez que despertaba, lo hacía con un sudor frío en mi frente, y una sensación de miedo y poder y todo el deseo de cambiarlo todo, de haber llegado a darme cuenta del ataque antes, si tan solo hubiera esquivado aquel elemento que me dejó fuera de combate. Mi sed de venganza no hacía mas que aumentar en cada sueño.

Luego del tercer día, ya me había recuperado lo suficiente, y agradecí a los devotos de Ilmater por el cuidado que me proporcionaron, ofreciéndome a pagar como desearan ya que no era mi costumbre aceptar ayuda y tampoco lo era no retribuirla, pero los sacerdotes se negaron.

Podía caminar aunque con dificultad, pero no podía volver a aquel lugar al que había jurado proteger y que sin duda no pude, así que empecé a vagabundear por los callejones de los distritos más oscuros, dejándome llevar por mi dolor, mi trauma y mi culpa.
Y digo que es la estrella de mi verdadero dios la que me guió hasta aquella inhóspita y vulgar taberna.

Pese a mi corta edad, mi cuerpo estaba bastante avanzado y daba el aspecto de un joven luchador bien preparado. Aunque yo no era eso ni mucho menos.

Unos tres o cuatro hombres de exótico aspecto, se diría que vendrían del este lejano de Faerun, Skuld o alguna ciudad de aquellas regiones, estaban tomando unas bebidas, y uno de ellos lanzaba una moneda al aire una y otra vez.

Aquellos hombres parecían mercenarios, pero no parecían cualquier mercenario, un par parecían gente que de cruzarte en la calle no los identificarías como mercenarios, pero si por su extraño vestuario y acento, como extranjeros. Los otros dos, en cambio, parecían tener experiencias en batalla, ya sea por sus exóticas armas con múltiples muescas, las abolladuras en sus armaduras, o las cicatrices que marcaban su cara y brazos, claramente cicatrices de enfrentamientos.

Luego de haber hablado con el resto de su grupo, uno de los hombres que podía pasar desapercibido, corrió su toga para descubrir parte del pecho, donde tenia múltiples cicatrices paralelas y con una daga se trazó una herida paralela a las mismas. Yo lo había visto de reojo y por lo visto había sido el único, ya que era el único interesado en las cosas de los demás en aquel sucio y descuidado y maloliente albergue.

Y se dio que un movimiento no esperado del hombre de aquel grupo con armadura hizo que el que tiraba la moneda se le cayera; el hombre trato de hacer un par de movimientos en vano ya que la moneda indefectiblemente seguí su camino al piso, y una vez allí rodó hasta estar cerca de donde estaba yo.

La moneda era claramente, la moneda de mi sueño, la moneda que en mi sueño presentaba en mi escudo. El de armadura se levantó a buscarla, y al acercarse a mi se agacha para levantarla, no sin antes decirme, "Saludos hatzilej" y hacerme una leve reverencia. Pese a mi turbación por lo que había pasado, mi sueño me había mostrado tantas cosas, que no podía esquivar preguntarle.

"Saludos guerrero, ¿que es esta extraña moneda?"
"Nada que te importe, chico, es ... una moneda de oriente. Una moneda de la suerte." - Me respondió aquel hombre al tiempo que me daba la espalda y volvía a sentarse.

Me quedé con las palabras en la boca, tenía que decirle. Pero tuve la sensatez de decírselo al acercarme a la mesa.

"He visto esa moneda en un sueño." Dije, y todos en aquella mesa me miraron con aire de sorpresa.


Inmediatamente pasada la sorpresa de momento empezaron a hablar en un extraño lenguaje. Se formó una discusión importante pero breve. No estaba seguro de que, pero el hombre de armadura se negaba.

Al fin, pareció ceder, y todos se giraron hacia mi.
"¿Y cuanto hace de este sueño, hijo?" Dijo amablemente quien no estaba del todo convencido de preguntarme.
"Los últimos días ha pasado por mi mente, en la noche. En mi sueño, el símbolo estaba en mi escudo cuando terribles cosas sucedían a mi alrededor. Y a mi."

Lo que llevó a nuevamente caras de sorpresa, los cuales también se pusieron a discutir, y esta vez resulto claro que todos estaban de acuerdo.

"Dime Hijo, ¿no sientes desde cierto momento critico que haya sucedido en tu vida, que tus creencias han hecho un quiebre y no cubren todas las preguntas que te haces ahora? ¿Que algunas cuestiones ahora te son vanas? ¿Y que otras que te resultaban una repulsivas empiezas a ver con buenos ojos?" - Me dijo el emplacado

"¿Y que si digo que si?" - respondí, a la defensiva

"Dados los acontecimientos, podemos ofrecerte una respuesta a todas aquellas dudas, y cuestiones que no cierran, pues hemos visto aquellas cosas que aun tu no."

"No tengo nada que perder" - Solté encogiéndome de hombros, y dejando detrás mi vida pasada.

"Entonces tengo mucho por enseñarte, serás mi janij. Pero ante todo, te hablaremos del Portador de Perdición"

Fui con estos hombres que me enseñaron de aquella deidad, ahora mi deidad, todas esas cosas que Yelmo no había llegado a cerrarme. El dogma de estos hombres había completado y cerrado completamente en mi cabeza. Incluso lo hacía de tal manera, que ahora, cuando soñaba aquellos sucesos, continuaba a través de mi sinuoso camino, para luego encontrarme en la situación de encontrarme cara a cara, con aquellos causantes de la destrucción, de mi agonía, y destruirles, no sin antes sentir el placer de la venganza, algo que nunca antes había llegado a comprender...

Los años empezaron a pasar; mientras viajé con ellos, también aprendí el verdadero concepto de justicia, repartiendo lo que aquellos que malas hierbas habían cosechado deberían recibir.

La lentitud del proceso burocrático era algo que a veces, la justicia no podía esperar, menos incluso, cuando quienes hay que apresar se esconden tras el mismo proceso. Y era ahí cuando la gente, que sufría las desventajas del dinero, posición social, o falta de pericia marcial para enfrentarse a las injusticias recurrían a los lugares de mala muerte, en busca de asesinos, o mercenarios que hicieran el trabajo que requerían.

"Defiende la verdadera y adecuada justicia y mantén el espíritu de la ley, no su letra."
Pero nosotros no eramos asesinos, ni mucho menos. Nosotros primero averiguábamos la verdadera culpabilidad de los sospechosos, y luego sopesábamos que deberíamos de hacer con ellos.
"Siempre se acaba recibiendo la recompensa adecuada por las acciones que cometemos."
No cobrábamos por nuestra misión, aceptábamos aquello que la persona nos otorgaba, a veces nos cobrábamos, del culpable.

Los años llegaban y conforme estos venían uno tras otro, fui aprendiendo del Portador de Perdición, una verdad, tan completa, que el solo pensar en ella, me revitalizaba en los momentos más duros, incluso en combate, con una tenacidad, que ni siquiera mi nuevo mentor había visto. Esto combinado con la pericia marcial obtenida en el entrenamiento como caballero, habían hecho de mi un combatiente formidable.

Por los barrios bajos y las cofradías de las ciudades de la costa de la espada, se corrió la voz de nuestra existencia, ya que solo íbamos por referencia de referencias. Nunca mostramos nuestras verdaderas motivaciones, ni religión. Eramos fantasmas. Yo seguí manteniendo el escudo con el símbolo de Yelmo, al igual que decía profesar las creencias de esta deidad. Esto no era del todo verdad. Pero no era mentira tampoco.

Mi devoción era por el Portador de la Perdición, pero mis costumbres iban con el Ojo Vigilante. Ambas deidades se cumplimentaban a la perfección, pese a que en el panteón, como pronto aprendí, estas tendrían sus roces. En la compañía de mi mentor eramos conocidos como El Ojo de la Ironía.

Bajo esta forma de vida, decidí investigar que había sucedido en verdad, con la familia Lannister.

Con cada descubrimiento acrecenté mi afianzamiento por mi nuevo dogma, experimenté una revelación, donde se me propuso que extienda la justicia que la sociedad no trae, a través de mi mano. Y a cambio conseguiría la justicia final sobre quienes fueron culpables. Pero que no apure mi mano, sino que me asegure de la culpabilidad de los sospechosos. Yo Tyrion Lannister acepté, y recibí la bendicion del Puño de la Venganza. Ahora mi dios realmente estaba en comunión conmigo. Y sus edictos resonaban en mi cabeza como fuerza sólida.

Asi fue como me separé de la compañía, para hacer lo que hacía tanto que me prometí hacer: dar con los que causaron la caída de Lannister, y devolverles con la misma moneda.
Volví a Aguas Profundas. Había pasado mucho tiempo... Quizás demasiado. Tyrion Lannister, mi nombre, no sonaba a nada; Lannister era una familia que había quedado pronto en el olvido. Quizás por miedo, o por ignorancia. O quizás en realidad todos la reconocían, pero el proceso de investigación era tan problemático que la existencia de aquella familia había quedado cubierta con una mentira, para no asustar a la población local y hacer que los burgueses decidieran llevarse sus tratos comerciales a otras ciudades. Todas aquellas suposiciones me eran en realidad ajenas. Ya no era importante. O incluso me sería útil.



Escudo de Baratheon
Decidí averiguar que había sido de la familia, que habían dejado entrever las autoridades de la ciudad del esplendor. Encontré que Tywin Lannister, Señor de la casa Lannister, mi padre, había muerto.
Maiel Lannister, mi madre, y su esposa, se corrió el rumor de que había sido violada, y que inmediatamente pasado el suceso se casó con Robert Baratheon por razones políticas.
Y, lo mas perturbador que pude saber, fue que Maiel tuvo una hija bastarda que fue tomada como hija de Baratheon, aunque la nueva esposa había asegurado estar embarazada de Tywin dado que Robert se comentaba que no compartían la cama y se notaba su embarazo. ¿Sería realmente mi hermana?

Se dice también que Maiel, nunca sale de la mansión Baratheon, y los rumores están divididos, muchos creen que está loca, mientras que otros aseguran, de boca de los sirvientes, que nunca se recuperó del ataque, y tiene pesadillas recurrentes.

Mis investigaciones no cesaron. Aunque estas me llevaron a descubrir lo que espero sea equivocado... Volví al lugar del hecho, Las pistas me llevaron a que la casa Baratheon fue la maquinadora del suceso, pero no hay pruebas fehacientes...
Yo había regresado a Aguas profundas con mi nuevo dogma arraigado en el corazón y llamé a las puertas de Baratheon.
Una ama de llaves vino a recibirme, y pedí de hablar con la señora de la casa, que Tyrion le buscaba. Envuelta entre miedo y alegría mi madre me reconoció y tuvo allí uno de sus últimos destellos de felicidad. Ella me presenta a mi (¿media?) hermana, Melissandre, quien en ese momento tenía siete años.

Aquellos que me reconocían, antiguos guardias y veteranos de Yelmo, me recibían con un calor que me hacían recordar a mis años mozos, cuando joven, y mi devoción estaba con Yelmo. Una devoción del pasado que yo había decidido respetar.

Fue en ese momento que recordé mi juramento de vida, aquel que hice de joven al Ojo vigilante, que protegería a mi familia. Mi madre me hizo pasar, nos sentamos en unos cómodos sillones, sillones que yo recordaba de cuando mas joven.

Maiel preocupada me preguntó que había sido de mi, como era que no había vuelto en todo este tiempo, porqué había tardado tanto en volver, y yo... nunca pude explicarle la vergüenza que sentí, la impotencia de no poder cumplir con mi misión, a pesar de en ese momento haber tenido tan solo trece años. Simplemente esquivé aquella respuesta y dije aquello que era en parte verdad.
No sabía que había alguien vivo.

Mi madre me puso al día con todas aquellas cosas que yo supuestamente no debería de haber sabido, de no ser porque había estado averiguando, la muerte de mi padre, la desaparición de mi hermano Jaime, la vida como Baratheon. Curiosamente evitó la conversación sobre la ocasión del nacimiento de la pequeña Melissandre.

No obstante, si me comenta que desde hacía un tiempo, que había descubierto un extraño problema, que, cada vez que el temperamento de la niña se iba mas allá de su autocontrol, se chamuscan las telas de los alrededores.

Al llegar Robert Baratheon a su casa, no me reconoce a primera vista, aunque luego si, y decide, dado la reputación que me precedía como entrenado descendiente de los Lannister, emplearme como custodio de su mas preciado bien, el pequeño Joffrey de dos años, con la única condición bajo palabra de caballero, de que nunca mencionaría la familia Lannister. Yo, con la joven edad de 20 años, aunque de un modo incomodo había encontrado una forma de poder estar mas cerca de mi cometido. Aunque desconcertado de que me diera tanta confianza, acepté, y decidí hacer que el tiempo me muestre las cosas tal como son. Además de que estaría cerca de lo mas preciado de mi principal enemigo, tan cerca de cumplir mi cometido en caso de descubrir lo que buscaba.
Pero luego de reflexionar, me di cuenta que apagar esa pequeña luz de existencia que recién llegaba a este mundo también estaría faltando a su promesa que de joven había hecho, ya que aquel retoño de vida tenía la sangre de mi madre en sus venas. Tenia sangre Lannister.
Las pesadillas de Maiel se fueron haciendo cada vez peor con el paso de los años. Un buen día no soportó mas aquel sufrimiento y se ahorcó, o eso fue lo que pareció, ya que nunca pude averiguar lo contrario. Melissandre fue la primera que lo descubrió, e incendió aquel salón, a costa de varias quemaduras, logré sacarla viva de allí.
A pesar de la muerte de mi madre, no perdería a mas familia. Cumpliría mi promesa. Y fui a rescatarle del medio del fuego que crepitaba aquel salón derrumbándose, cuando ella ya había perdido el control del mismo.
Quince años pasaron. Melissandre aprendió a controlar su problema, y a usarlo para su propio beneficio, pero también aprendió a hacer eso con sus encantos. Lo que me desagradó, una Lannister no debería de verse nunca en esa posición, es lo pero que podría haber pasado. Pero no faltaré a mi palabra. Aunque me desagraden sus métodos.
Quien era yo para juzgar, teniendo en cuenta los planes tan meticulosamente retorcidos que había urdido para con los Baratheon durante tanto tiempo...

A su vez el pequeño Joffrey fue enseñado de pequeño en todos los conocimientos de historia, idiomas, y adquirió toda la sabiduría que dicen uno de los grandes sabios de Candelero, Petyr Baelish pudo proporcionarle.
Luego fue instruido, como la familia había decidido, y con el consentimiento de el joven Joffrey, en las enseñanzas del Derecho Divino. En un Avezado clérigo de Siamorphe se convirtió.
Yo me convertí en mas que un protector del joven, también en el amigo y compañero, prácticamente era su hermano mayor, y en realidad eramos medio hermanos. Solo que Joffrey aún no lo sabía, y, como había sido enseñado, mantenía la distancia como si de un protector contratado de la familia se tratara, aunque con una familiaridad que con ningún otro soldado había tenido, ya que era su protector personal.
Soy su protector personal.

Me desentendí de Melissandre desde que me enteré de la "facilidad con la que entablaba amistad" con los hombres en general, con tal de escalar posiciones. Aunque nunca dejé de cumplir mi promesa por ello.

Tyrion Lannister

Ahora, como culminación de sus estudios de clerigo o por alguna razón del sacerdocio de Siamorphe, Joffrey debía de viajar, por primera vez sin compañía del clero, ya que esta vez salía como clérigo el solo.
Clérigo de Siamorphe, con la joven edad de 17 años...
Yo con mis 35 años, aún podía seguirle el paso, escudándolo con el Ojo vigilante de Yelmo, y aunque sentía que no era el mismo que cuando más joven, una fiel devoción interna a Portador de Perdición, y para con mi secreta misión, hacía que mi jovialidad se demostrara en cada momento.

Con las experiencias que yo había vivido, mi percepción de la justicia había cambiado. Ahora la justicia era real. Y aprovecharía para enseñarle lo que había aprendido.

La violencia tendrá violencia y el mal recibirá el mal a cambio, pero el bien también llegará a aquellos que hacen el bien.

Joffrey Viajaría. Baelish, El Consejero y yo con el iríamos. Y Melissandre, a ultimo momento, decide venir en el viaje con nosotros. Aunque escapa a mi razonamiento el porqué ella desearía emprender un viaje tal...

Ya lo descubriremos. Yo aprendí que la paciencia es de mis mas grandes cualidades.

Yelmo nos Proteja y Hoar guíe mi espada.
Tyrion Lannister
Caballero Cruzado

viernes, 26 de septiembre de 2008

Hermanos de la Hoja Arcana

A veces pienso en lo rico del conocimiento que uno adquiere con las experiencias vividas. Es increíble cuanto que uno puede aprender en un par de años. Imaginarse así los conocimientos que nosotros los elfos podemos acumular, la diferencia del resto de las razas que podemos generar, es un rango intelectual que difícilmente pueda ser cruzado.
Pensar entonces en la sabiduría del Loremaster Arnemar, nuestro conductor, el elfo de más edad de nuestra pequeña comunidad, desequilibraría a mas de un alto mago de las grandes ciudades. Y eso que no era un elfo venerable, la mayoría de los elfos venerables habían exiliado en la migración a Eterniôn.

Todavía me acuerdo cuando nos enteramos de que las horribles criaturas que se llaman Phaerimm nos atacarían, gracias a un enviado de los en ese momento neutrales Umbras, que se acercaba con propuestas de alianza para repelerles.
Yo no sabía que eran o que buscaban los phaerimm, pero por el aspecto de los Umbras, los primeros no podían ser peores...
Humanoides simil humanos, mezclados con la propia esencia de la sombra, al punto de que la manipulación de la misma es poco mas que un juego para ellos. Claro estaba que en algún momento fueron humanos, pero ahora estaban atados... corrijo, potenciados por el poder de manipular la oscuridad a sus anchas. Y una sociedad liderada por seres que se mueven en las sombras y que la manipulan a voluntad, no puede tener nada bueno.

Pero el Loremaster Arnemar solo tardo un ciclo del sol en responderle al emisario. Luego de informársele la propuesta, él pidió hasta la noche siguiente para pensarlo, dado que aquel momento del día le sería mas propicio a el Umbrino que se presentó como Hadrune, quien accedió al pedido.

Arnemar se internó en el salón de los documentos antiguos mientras el sol estuvo dando color al bosque. En ese tiempo el no le respondió a nadie, y se abocó a la lectura de multiples textos de gran antigüedad.

Mientras nuestro guía la pasó aquel confuso día enclaustrado en Salón de los Conocimientos yo empleé mi ingenio para averiguar que pretendían estos humanoides de ambigua conciencia.

Hubiera sido mas fácil pensar en los umbrinos, como un grupo más de humanos que poblaba el norte de Faerûn, pero teniendo en cuenta los hechos de que recientemente llegaron a el plano material, tras siglos de vivir en el plano de las sombras, los descendientes de un antiguo imperio perdido que en su momento ostentó los mayores poderes y dominios que el Arte le podía haber otorgado a un mortal, esto ponía a mas de uno los pelos de punta y un estado de alerta permanente.
Además de que en el pasado, milenios atrás, esta población era extremadamente poderosa, no era un imperio pasivo, sino que constantemente buscaba extenderse, geográfica y comercialmente. Pero luego de la caída de las ciudades flotantes de Netheril, se creyó el imperio habría desaparecido del todo.
Ahora, el factor de que volvieron, no solo pone en alarma a todo Faerûn debido a el pasado de los mismos, sino que su regreso, procedente del plano de las sombras puede que tentándoles con promesas de gran poder, el mismo plano haya oscurecido aun más las almas de esas gentes.

El poco mas de un siglo de estudio de la historia y los antiguos saberes y control del arte, me habían permitido empezar a desarrollar la antigua tradición de los Duskblades, hermanos elfos que vivieron en la época de la edad dorada del imperio de Miyeritar, tiempo antes de la existencia de Netheril. Esta misteriosa orden élfica, siglos atrás enterrada, había logrado eficientemente combinar las habilidades marciales y arcanas en perfecta sinergia, de manera que sus impresionantes habilidades, que dejaban a mas de uno esperando a un guerrero o un mago, dándole a sus contrincantes una sorpresa, que, de seguir vivos, nunca olvidarían.

Para aprender esto, yo, Dawnaril Quietleaf, había ahondado en textos antiguos, pequeños retazos de historia que conforman nuestro legado. Fue hasta ahora un trabajo arduo de recopilación y práctica arcano-marcial de décadas dedicadas a ello , el cual aun realizo hoy en día.

Todo este proyecto de búsqueda, me valió el reconocimiento de algunos grandes sabios de nuestra comunidad, y posteriormente, al poder demostrar mis progresos, el apoyo de ellos para conformar una organización únicamente constituida por elfos (Para mantener entre nosotros el secreto del sagrado conocimiento de nuestros ancestros, y supuestamente exclusivo). En aquel momento me había comprometido ansioso a liderar el prometedor grupo.

Loremaster Arnemar, que significa 'Honor del sur', decidió no dejar la cuestión a libre discusión del consejo de sabios. Salió poco tiempo antes del momento estipulado, dando a conocer su decisión. El accedería a la alianza propuesta.
Nosotros, deberíamos acatar.

Esta decisión de no discutirlo en el consejo provocó gran disensión entre los sabios y también los imprudentes jóvenes como yo lo era. Y fue entonces que luego de hacer una fugaz reunión con algunos de los mas importantes elfos en desacuerdo, decidieron enviarme a plantearle que reconsiderara su posición. Esto solo sucedía en casos muy extremos, siempre vivimos muy bien bajo el liderazgo de Loremaster Arnemar, pues siempre fue sabio y justo; solo una vez hacía algo mas de un siglo algo similar sucedió cuando un par de elfos solares conservadores, cuestionaron el acceso a la ciudad de los bosques de unos aventureros heridos que buscaban refugio, a salvo de unas salvajes criaturas que les habían atacado, lo cual yo consideré trivial en su momento.
Así fue que fuí bajo el pedido de esta gente muchos de los cuales me habían apoyado cuando yo había iniciado el grupo de buscadores, investigadores y ahora en algunos casos como el mio practicantes Duskblade.

Y en la noche acordada con Hadrune, tiempo antes de que el hombre llegara, me paré frente a Arnemar a pedirle que reconsiderara, quien al negarse rotundamente, luego de enterarse de la reunión sin su consentimiento, yo ignorantemente envalentonado por la cantidad de palabras de adulación y respeto recibidas en el ultimo tiempo, no pedí, exigí una explicación.

"No tengo que dignarme a responderte, pero veo que tu impertinencia esta movida por la impetuosidad de la juventud y la inexperiencia." Me respondio tranquilamente, aunque con una mirada severa en su rostro. Lentamente sus facciones de enojo fueron progresivamente tornandose comprensivas.
"En los textos he descubierto la vanidad, el poder, la codicia que esta civilización arrastra, y en ellos aun persiste. Pero tambien he visto entre los antiguos tomos, pequeños fragmentos de las criaturas contra las que se enfrentaron siempre y las que provocaron la caida de Netheril. Los netherinos aunque peligrosos y ambiciosos siguen siendo humanos, son gente, y gente que cumple pactos. Los phaerimm son criaturas solo movidas por el poder, la magia y la muerte de todo lo que existe que fue creado por los humanos, sin discriminar raza, clase o edad. El peligro que los netherinos y una alianza con ellos nos representa , es una minucia comparado a las posibilidades que tendremos de sobrevivir ahora que los phaerimm nos atacarán a nosotros. El odio a la vida misma, que a los phaerimm consume es lo que los Umbras tambien combaten, pues a pesar de las diferencias que nos separan, ahora nos une un objetivo común."

Loremaster Arnemar, me había demostrado una vez mas y reafirmando con seguridad su decisión, porque era él nuestro lider, comprendí lo pequeño del espectro que estaba analizando. Y por la forma que el me miro entendí que el había percibido mi descubrimiento.

Luego de haber dicho aquello, me dijo tomandome del hombro como cuando yo era unas decadas mas joven caminando en direccion a la reunion. "Que la grandeza no te envanezca, ni has de dejar los conocidos puedan pasar por amigos, pues te has descarriado hacia la senda de la arrogancia, casi sin darte cuenta. Todo esto has de decidir como y a quien informárselo especial cuidado en aquellos que dudaron de mi buen juicio, y que han hecho que pierdas el camino, pues aquel que posee la verdadera sabiduría conoce lo que la oscuridad alumbra."

En la oscuridad de aquella noche en los lindes con la parte salvaje del bosque, las sombras empezaron a moverse, tapando toda refracción de la luna. el viento incluso cesó, y tuve la impresión de que por lo menos 10 pares de ojos estaban observandome en ese momento. De la sombra de los arboles una misteriosa figura encapotada rodeada de oscuridad hizo su aparición. lo único que le distinguía eran sus fuertes ojos cyan, que podría apostar el hacía que brillen solamente por su voluntad, y que contrastaban con el tangible aura que oscurecía todo lo que le rodeara.

Loremaster Arnemar dió el si. Una dificilmente distinguible sonrisa se dibujo en Hadrune, el trato estaba hecho.

Nosotros, deberíamos acatar.


lunes, 21 de julio de 2008

El Diaro del Consejero

¡Dioses!, ha pasado tiempo desde la ultima vez que escribí en mi diario. Supongo estuve ocupado La familia Baratheon tiene muchas tomas de decisión en la que requieren de mi opinión.
Que extraño hubiese sonado esto una década atrás...
Pensar que fuí el aprendiz de un cuentacuentos de las calles de Keczula, en la región de Amn. Como extraño aquellas calles... En aquel entonces era llamado Orogris o así me hacía llamar, ya que no era conveniente dar el nombre de uno a aquel bardo, porque terminaba contando todo acerca de tí a todo quien el conociera. Aprendí a moverme en las calles y aproveché todo conocimiento del Arte que pude asimilar del hombre de mundo que fue mi mentor. Me informaba de todo lo que sucedía en la ciudad, gracias a hábiles intercambios de palabras y una pizca del Arte que con tiempo logré dominar.
Y mírame ahora, yo Petyr Baelish, "Consejero de Sir Robert Baratheon, alto noble de la casa Baratheon & Lannister y Mentor de Sir Joffrey Baratheon, el pequeño impetuoso y arrogante heredero de Siamorfhe", jah aquel joven no tiene ni la más mínima idea del mundo que le rodea solo se regodea con sus conocidos nobles y todos le tratan muy amable y cortésmente solo por su procedencia. Carece de la astucia de aquellos que nos formamos solos. Pero le sacaré bueno, aprenderá a manejar las riendas del poder cuando le llegue su turno, yo me encargaré de eso. Su padre solo conoce una forma de hacer que se hagan las cosas, mediante la organización formal y la diplomacia entre líderes. Pero al pequeño Joffrey le mostraré que hay mucho mas que eso, aunque esto solo se lo enseñaré cuando realice su travesía del ungido, a la cual de seguro le acompañaré.
Quizás yo no me formé cuentacuentos, como mi mentor lo fué en su época, pero si como un hombre astuto, y lograba aprovechar el momento o contar la historia de manera que en cualquier conversación pudiera sacar partido o provecho. De hecho es de esa manera que estoy ahora aquí. Cuando me hice una persona autosuficiente, decidí hacer algo de mi vida y emplearme en el comercio de las joyas. Allí donde trabajé hice crecer la empresa. Gracias a mi astucia y... bueno, alguna que otra mentirijilla a la guardia de que alguna otra competencia estaba en el mercado negro... Pero como aprendí de mis desventuras, En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.

21 de Flamerule, Apogeo del verano,
del Año de la Magia Salvaje, 1372 del Cómputo de los Valles
Mansión Baratheon - Distrito Marítimo de Aguas Profundas
Ver Calendario de Harptos



"Me pasaron tantas cosas en las últimas dekhanas que si no vivo para contarlas quedarán escritas en este diario "- Primeras frases originales del Diario de Petyr Baelish, el Meñique.-



Ya van ya varios días de que aquella pugna comercial pasó progresivamente de la sana competencia de mercados a una lucha cliente a cliente y pieza a pieza de joyería.

11 de Alturiak, La garra del invierno de 1363 C.V
"La Lágrima del Rey", Joyería - Area Comercial de Keczula



En estos dias nuestros proveedores de las montañas del Troll estuvieron trayendo cada vez menos, hasta que un buen día dejaron de venir a vendernos sus existencias. Lo más extraño de todo esto es que el de la competencia seguía teniendo provisiones de las mismas.

30 de Kythorn, El tiempo de las flores, de 1363 C.V
"La Lágrima del Rey", Joyería - Area Comercial de Keczula



Ya han pasado cuatro dekhanas de que no llegaban las existencias que esperábamos. Esta situación se tornó muy desagradable, ya que estamos perdiendo a nuestros clientes más acérrimos. Y decidí averiguar como conseguía sus materiales. Le planteé la idea a mi empleador, pero se negó firmemente aduciendo que en el comercio hay códigos y el no iba a romperlos. Yo creo que el otro hombre ya los rompió, así que empezaré a planear mi entrada a su casa para cuando vea que gente sospechosa se acerque a su puerta.

10 de Flamerule, Apogeo del verano, de 1363 C.V
"La Lágrima del Rey", Joyería - Area Comercial de Keczula



Desobedeciendo las recomendaciones de mi patrón, ya pasados los festejos, y entrada la madrugada, entré furtivamente a la casa del hombre de la competencia. Esa reunión que presencié lo cambió todo. Yo no había hecho tan mal en averiguar entrando furtivamente como mi patrón decía. O al menos eso creí.
Mi habilidad para el sigilo la entrené en el día a día en las calles, ya que "siempre hay algo que alguien no quiere que otro alguien sepa".
Con agilidad me adelanté hasta una esquina donde la luz de la luna a través de una ventana era la única iluminación. La misma estaba ofuscada por unas cortinas que ocultaban en un velo de oscuridad aun mas profundo las joyas que había en aquel local-residencia. Llegué a divisar a nuestro hombre vestido con ropas para irse a dormir, con un par de personas muy peculiares, conversando a la luz de una vela sentados en una mesa redonda, eran un semielfo y un hombre algo gordo. El humano vestía como un hombre adinerado, con ropas que podrían ser de seda y lino, y una tabarda con el símbolo de un escudo con un Ojo en el centro. El semielfo era lo contrario, vestido de las ropas más casuales, una vestimenta que lo hacía un espécimen tan genérico que hasta me parecía familiar.
Nuestro hombre en ropas de dormir se levantó se acercó a un mueble sacó una bolsa de cuero de algún lugar del mismo, y le entregó la misma al hombre adinerado, por los modismos y su forma de mover las manos al expresarse se podía decir que trataba burdamente de parecer noble, pero se notaba claramente que no lo era, sino simplemente alguien exitoso en su vida comercial, probablemente un burgués. El hombre tomo la bolsa, la abrió y desparramó las gemas que esta contenía; las estudió un poco y luego le entregó al dueño de casa lo que parecía ser un pergamino de algo algún trato o similar, y una pluma, junto con un tintero. Curiosamente el pergamino al desenrollarlo también tenía el símbolo de la tabarda del burgués. Durante un rato el comerciante leyó y releyó el intrigante texto.
Finalmente aquellos hombres dieron un estrechón de manos, el dueño del negocio firmó el papel el cual el elfo se apresuró a guardar para inmediatamente hacer entrega de un pergamino similar. El anfitrión luego de escuchar algo asi como que contenía aquel nuevo documento le dejo en la mesa , y acompañó a la extraña pareja a la puerta trasera de la casa por la que aparentemente habían entrado inicialmente. Aproveché ese momento para silenciosamente adelantarme hasta la mesa y tomar el rollo. Yo desataba el rollo a la par que se escuchaba un silbido fuerte y seguro, y posteriormente el sonido de un transporte de carro deteniéndose en la puerta.
Llegué rápidamente a leer lo esencial de aquel texto, el mismo decía que a costa de una severa colaboración con la organización de 'Caballeros del Escudo' ellos se encargarían de la entrega del mercado en paquete de regalo mediante cualquier medio que ellos crean conveniente y que aquel hombre debía mantener el secretísmo de tal organización, y por tal razón es que el mismo texto se deshacía, como por efectos mágicos de custodia a la primer y unica lectura permitida de aquel documento... la tinta de aquel papiro desaparecía como si nunca hubiera sido escrita.
No tuve tiempo de volver a enrollarle, pues el dueño de casa regresaba hacia el salón. Sigilosa y rápidamente volví al frente del local cerrado, por donde había entrado furtivamente.
Yo era excelente, pero era joven, e impetuoso. Era excelente, pero no infalible. Y pasó que al alejarme corriendo tiré un jarrón del local, y el dueño de casa fue corriendo hacia el lugar del jarrón hecho trizas en el piso pero yo ya había corrido lejos de allí.
Le conté a mi empleador de lo sucedido, el cual a pesar de haberme criticado por haber ido, hizo un uso, a su opinión constructivo, y empezó a divulgar que le había sucedido con el negocio y quien era el culpable. Al no haber pruebas nada claro se logró.

Festejos de Estival de 1363 C.V
"La Gran Perla", Joyería - Área Comercial de Keczula



El semielfo volvió pasadas tres dekhanas. Y no se volvió a ver al comerciante que competía con nosotros en el mercado de las joyas aunque nosotros estamos vendiendo ya lo ultimo que hicimos. Al no tener existencias nos quedamos sin negocio. El patrón está pensando en cerrar. Y en a que se dedicará ahora.

30 de Eleasias, la Solana, de 1363 C.V
"La Lágrima del Rey", Joyería - Área Comercial de Keczula



Unos bandidos entraron nuestro negocio. Parecía que era por robo, pero no tenía sentido, estábamos prácticamente vacíos de joyas. Buscaron activamente al dueño para matarle, y también a mi.
Logré convencer a uno de los bandidos (mediante arcanismos, claro) que él me vio huir al sur, a Esmeltarán, y tome el camino contrario. Fuí al norte, a Candelero, donde me oculté e instruí en las costumbres propias de Aguas Profundas, para poder pasar como uno de ellos a futuro, y en ampliar mi conocimiento sobre el Arte, junto con otras materias de nobleza.

4 de Eleint, el Marchito, de 1363 C.V
Camino del Comercio - Área Comercial de Crimmor



En un corto año logré asemejarme a un sabio no por mis conocimientos adquiridos sino por mis activas deducciones sobre lo leído. Debo continuar los estudios y alejarme más de Amn, me he estado informando sobre 'Los Caballeros del Escudo', debo apurarme en conseguír una ruta de escape que sea mas segura que vagar solo. Esta gente te persigue hasta que saben que dejas de existir. Y más si saben que conocés de su existencia.

27 de Marpenoth, Caenhojas, de 1364 C.V
Biblioteca de Candelero - Costa de las Tierras Centrales Occidentales



En las ultimas reuniones de sabios de Candelero a las que asistí, y también en las que mas me he destacado, uno de los nobles que presenciaban la audición me comentó que viajaba hacia su casa, en Aguas Profundas, que si me interesaba 'volver' con el ya que había logrado convencerle de que era tiempo atrás un ciudadano de aquella ciudad. En realidad fui yo quien le convencí de que me lo propusiera, y también, de que era idea suya. Ese noble se llama Sir Robert Baratheon. Parece un buen hombre.

24 de Uktar, el Podrido, de 1364 C.V
Biblioteca de Candelero - Costa de las Tierras Centrales Occidentales

domingo, 20 de julio de 2008

Retazos de Historia V - Organizaciones, los Arpistas

(Mazho, día 10 de la tercera dekhana, año de la Inquietud)

Hace tiempo que las plumas no corren sobre el pergamino. He tenido unos tiempos bastante ajetreados y he estado recopilando información entre las pilas de notas de mi maestro. Entre los legajos encontré una carta que jamás llegó a enviarse, y creo que debería llegar a su destinatario, pero como no he logrado saber quien pudo ser, la transcribiré tal y como la he encontrado para, quiera Oghma algún día, pueda leerla, si Tymora así lo quiere, su destinatario si por casualidad leyese estas obras que voy transcribiendo con tanto sacrificio de sueño por mi parte. Tal vez mi escrito atente contra la intención de mi maestro de mantener el secreto sobre esta organización, pero las obligaciones con Oghma son las de almacenar la sabiduría para las generaciones venideras, y eso me propongo hacer.

De nuevo me acerco a vosotros, miembros del Concilio de los Reinos, para comentaros con el mayor detalle que me sea posible alguna que otra información que os pueda servir en vuestra lucha como adalid del conocimiento. He tardado en continuar la correspondencia, pero como bien sabéis, las cosas han cambiado rápido e inesperadamente. Han sido muchas las alteraciones que ha sufrido Toril en poco tiempo y algún día, si no yo alguno de mis acólitos, los relataré ampliamente. Me habíais comentado en la misiva previa que la desazón y la impaciencia os corroía por saber más de Aquellos que Tocan el Arpa. He de deciros que espero que con estas letras encadenadas podáis saber más de esta organización semisecreta, que pese a todos mis esfuerzos en pos del conocimiento no creo que pueda alguna vez llegar a comprender.

¿Quiénes son los Arpistas?

¿Necesitan presentación? Creo que no. A lo largo y ancho de Faerûn los Arpistas son una de las sociedades secretas más extendidas de los Reinos. Aunque sus insignias son raramente contempladas lejos de las Tierras centrales y del Salvaje norte, también sus agentes y seguidores se extienden por el sur de Abeir Toril, e incluso se rumorea (aunque os puedo confirmar la veracidad de este chismorreo) que también por otros continentes. ¿A qué se debe esto? En el sur, especialmente en Tezhyr, los Arpistas son contemplados con sospecha y en muchos casos con directa hostilidad. Las fábulas que han extendido los Caballeros del escudo (de los cuales ya os hablé hace tiempo) y otros grupos (como los Rundeen o la Runa retorcida) los "pintan" como agentes sedientos de poder que buscan heredar los tronos de los países del sur. Nada más lejos de la realidad. No olvidemos que los Arpistas, como cualquier otra sociedad secreta o no, tiene muchos miembros con diferentes orientaciones. No todos son avatares del bien, y de hecho, el mismo caos inherente a la organización es fuente de los principales problemas internos que ha sufrido, pero aunque haya muchas ovejas negras (más de las que sus líderes desearían) no dejan de ser una organización bien alineada que pelea contra todo aquello que amenaza a la civilización: dragones, trasgoides, hordas orcas y por supuesto otras organizaciones o individuos malvados. El grupo cree en el poder del individuo (raramente se juntan mas de tres arpistas en una misma misión), el equilibrio entre la naturaleza y la civilización y el bien de la humanidad (es fundamentalmente una organización humana) y por ende de sus aliados de otras razas. También gustan de preservar las leyendas y hazañas del pasado, para que todos puedan aprender de ellas en el futuro. ¡Por Oghma que en eso coincido plenamente con ellos! Una de las cosas de las que se les acusa (ciertamente) es la de manipular o al menos intentarlo las decisiones de muchas de las razas civilizadas, con tal de mantener el equilibrio. Esto es como la moneda de Tykhe, tiene su lado bueno y su lado malo. Pero eso es motivo de discusión en el foro que formáis, no en esta carta.


La Insignia de los Arpistas

Los Arpistas llevan una insignia, ...¿pero qué significa llevar esto en el borde de la capa?. Para muchos miembros de Los que Tocan el Arpa es la manera de identificar a los "colegas" de profesión y en este caso de afiliación. En una organización tan desorganizada como los Arpistas (no olvidemos que su estructura jerárquica deja mucho que desear en comparación con por ejemplo la Red negra o incluso los Ladrones sombríos) esto es de vital importancia, además de que cualquier viandante de cualquier ciudad de cualquier país puede ser uno de los que vigilan en las sombras y que sirven al símbolo del Arpa y la luna creciente. Se tiende a pensar, idealizadamente, en los Arpistas como un grupo de combatientes del lado del bien perfectamente organizados que nunca fallan en la consecución de sus planes y en realidad no distan demasiado de ser un grupo de aventureros (amplio, pero caótico). En sus rangos abundan los "lobos solitarios" que trabajan individualmente sin dar parte a sus compañeros, siendo la tónica común la desorganización y el secretismo (que ahora les ha hecho tanto daño). La mayoría de sus agentes no trabajan nunca en grupo... suelen hacerlo con personas ajenas a este. Como el sabio cofundador de los Arpistas, Elmínster (cofundador porque aunque fue el que ideó el concepto, Khelben también le apoyo desde un principio, así como las Siete hermanas y muchos elfos importantes en la jerarquía de Myt Drannor) comentó una vez para diferenciar a los Arpistas del resto de organizaciones secretas de Faerûn : "este es el único grupo que se preocupa de las consecuencias de sus acciones sobre los demás". En el resto no dejan de tener las funciones (aunque no el fin) y los medios muy similares a los de, escribamos, los Magos rojos de Zhay. Los Arpistas veteranos suelen ser cuidadosos y cautos, pero los jóvenes (la mayoría) tienden a precipitarse buscando la manera de solucionar el mundo ellos solos y si es "antes" que "ahora" mucho mejor. Otros también llaman a los Arpistas los "entrometidos" de Faerûn y este comentario es bastante apropiado. Todos trabajan para lo que ellos consideran el "bien" (aunque los Arpistas, a nivel personal, tienen diferentes conceptos de lo que esta palabra abarca/implica/supone, lo cual les ha llevado a mas de un conflicto interno), y todos lo intentan lograr utilizando el engaño, tapaderas, cosas que no son lo que parecen ser, y acciones encubiertas antes que el enfrentamiento directo. Ellos usan estos métodos donde otros usan la extorsión, el abuso de poder, el soborno, el asesinato y el miedo, como los Zhentárim. Se puede decir que los Arpistas, son como muchas arañas tejiendo una gran tela, que poco a poco va envolviendo al enemigo, pero sin que ninguna se atreva a acercarse en solitario y luchar.

Facciones de los Arpistas

Pero no todo es caos en este grupo. El Código Arpista es un documento que busca la simplicidad pero que es duro de seguir: trabajar contra la villanía y la maldad, mantener a los pueblos libres del miedo y la opresión, ayudar al establecimiento de la ley y el orden para obtener la paz allá donde las leyes sean justas y se hagan cumplir, y prevenir los extremos de poder (es decir, el desequilibrio) y las influencias que puedan inclinar la balanza de Waukin y Tymora, o lo que es lo mismo, la riqueza y las oportunidades en la vida. ¿Sencillo? Aparentemente sí, realmente, no. Para cumplir estos estamentos, los Arpistas deben hacerlo dejando de lado sus propias ambiciones y orgullos, y en la mayoría de los casos su propia comodidad. Son su propia "policía" (los Arpistas traidores deben morir) y son libres para reprender a otros arpistas, mostrarse en desacuerdo con ellos, o ayudarlos sin esperar recompensa por ello, preservar el pasado, acumular el conocimiento escrito y demás labores que abarcarían mas de un pergamino. Como diría un campesino del valle de Arkhen: "el que mucho trigo abarca, poco aprieta el fajo".

Algunos Arpistas prefieren trabajar activamente y cooperando con otros miembros de la organización, siguiendo una jerarquía más o menos estructurada y persiguiendo unos planes a largo plazo. Esa facción es la que tiene su sede en el Salón del crepúsculo de Berfôska, liderada por la bardo semielfa la Señora Cylyria.

Otros prefieren manipular sutilmente los hechos "entre bastidores", practicando juegos políticos en medio de gran secretismo. Khelben es el mas poderoso entre los Arpistas que han escogido este camino, y tanto él como sus seguidores tienen "roces" con la primera facción (de hecho los Lunastros de Khelben no son considerados arpistas por la propia Cylyria).

¿A qué se debe esto? Como ha quedado explicado, Bran Skornsul (al que le atan lazos con Arylin Filo Lunar) y Cylyria siempre se han mostrado suspicaces ante Khelben y Léral por motivos que ya casi han quedado olvidados, menos para sus corazones. Bran y Khelben no se tienen aprecio y eso quedo demostrado en cuanto que fue el "Cuervo" quien persiguió las pruebas del robo del Cetro de los reyes hechiceros hasta dar con el artífice. Tal vez si hubiese sido otro Arpista, hubiera guardado la información hasta estar mas seguro de ella, pero dado que implicaba a su principal "rival" (Bran no se considera lo suficientemente valorado por parte de la tercera rama que veremos a continuación y cree que Khelben busca más sus propios intereses que los del bien de Faerûn, enseguida se los entrego a Cylyria y esta los publicó a los cuatro vientos. Khelben tampoco ve con buenos ojos a Bran por los sucesos acontecidos durante la muerte de Amnestria... pero eso es otra historia).

La tercera rama de los Arpistas premia a los aventureros independientes, y cree en que cada individuo puede ser más poderoso que cualquier organización. Captan a aventureros que actúan más o menos como agentes secretos. Esta es la facción liderada por Tormenta, encargada de encontrar candidatos desde el valle de la Sombra y ayudada por su hermana Paloma y Elmínster.

Consecuencias de la Ramificación Interna

¿No más que una pérdida de poder? Más que eso, una división interna que puede afectar al futuro de las naciones de Toril. Los Lunastros no creen que el caos presente en las filas de los Arpistas de Berfôska pueda ser positivo para luchar organizadamente contra el mal que la profecía de Khelben anticipa. Los segundos creen que los Lunastros están contaminados, y que el hecho de que "Vara Negra" capte agentes que provengan de otras organizaciones y con ideales no del todo buenos no ha de ser nunca positivo. Si siempre han funcionado así ¿por qué no seguir haciéndolo? Tal vez los únicos que se salvan de la quema son los habitantes de los Valles, porque se mantienen neutrales ante ambos grupos. Siguen trabajando independientemente pero colaboran con ambos...y Elmínster apoya a Khelben...¿pero también a la Señora Cylyria?. En la costa de la Espada, el Norte, Cormyr, los Valles y las Tierras centrales los Arpistas son vistos como héroes por la gente común. En Amn, Tezhyr, Calimshán no son considerados más que otra cábala de siniestros intereses como los Zhentárim. Los últimos informes que han llegado, cuentan que la rama de Berfôska está colaborando con Sememmon de la Fortaleza Oscura, decididos a impedir que la Red negra se extienda mas al oeste. El mago de la Red negra, alejado de los Zhentárim, busca una sutil venganza contra Fzoul...¿serán ciertos estos rumores? ¿Se habrá convertido en una pauta que los Arpistas y los Zhentárim colaboren? Pero esto no acaba ahí...fuentes fiables comentan que en Sembia y en los Valles orientales, Los que Tocan el Arpa mantienen tratos comerciales con los nuevos Enclaves de los Magos rojos. No son muchas las ciudades que los aceptan, ¿pero si ahora lo hacen los Arpistas implicará que sean aceptados? El único requisito es que no practiquen el esclavismo, pero parece ser que los portadores de la insignia del arpa están preocupados por la pérdida de poder mágico y buscan recuperarlo adquiriendo objetos arcanos de manos de los thayanos.


Atentamente,
Dannyl Roshler, Elegido de Oghma

Recopilado por,
Blesarim de Argluna, acólito de Oghma.

Retazos de Historia IV - Siamorphe, la diosa del orden legítimo

El Derecho Divino

Semidiosa faerunia

Símbolo: Cáliz de plata con un sol dorado en el lado

Plano natal: Casa de la tríada

Alineamiento: Legal neutral

Ámbito: nobles, gobierno legítimo de la nobleza, realiza humana

Adoradores: líderes, maestros del saber, nobles, aquellos que heredan riquezas o posiciones.

Alineamiento de los clérigos: LB, LM, LN

Dominios: Ley, Nobleza, Planificación, Saber

Arma predilecta: “Noble poder” [cetro]] (maza ligera)

Es una deidad fuertemente vinculada a la nobleza pues vela por el cumplimiento de la legitimidad de los gobernantes. Su acto más conocido es su apoyo, visible durante su boda, a los monarcas Hedrak III y Zaranda de Tethyr.

Historia

La actual Siamorfhe es la sucesora de una larga lista de deidades que han ostentado su posición y su poder con el paso del tiempo. La anterior encarnación fue un varón semipoder conocido como Siamorfhe cuya fe estuvo centrada en Puerta de Baldur. Su culto declinó durante varios siglos en un culto decadente, pues los nobles empezaron a dejar de lado su deber como dirigentes de las masas. Por lo tanto, su culto empezó a declinar de forma paulatina por falta de adoradores.

Cada encarnación de Siamorfhe escoge a un mortal como sucesor cuando él o ella debe dejar su puesto dentro de la divina. Lo ideal es que suela ser un descendiente directo de la deidad.

El Siamorfhe de Puerta de Baldur escogió a Lady Siamorfhe de Aguas Profundas como su sucesor en el año 1256 CV cuando fue muerta en una revuelta. Lady Siamorfhe era conocida como una mujer piadosa, sabia y con la habilidad de ver más allá del presente y capaz de lidiar con las durezas del trabajo diario de aquellos que gobiernan.

Después de que la Guerra de las Cofradías, 1262 CV; llegase a su fin Siamorfhe fue ascendiendo como una diosa preocupada con la nobleza y que “buscaba restaurar el orden legitimo”.

El culto de Siamorfhe tuvo un papel predominante en Aguas Profundas pero con el paso de los años su culto fue declinando hasta que una sola sacerdotisa se hizo cargo de él. Ella se mantuvo viva por medio de pociones de longevidad hasta murió. Con ella el culto de la diosa casi desapareció exceptuando la rama tezhyriana del culto: los Gulderhorn.

Los Gulderhorn fueron guiados por Siamorfhe durante los Díez Días Negros de Eleint en Tezhyr. Los Gulderhorn se casaron con la familia noble de Assumbar y mantuvieron la fe viva.

Durante la Era de los Trastornos Siamorfhe se manifestó en Aguas Profundas donde ayudó y protegió los distritos Norte y Marino del daño causado por las luchas de los diferentes dioses.

La última manifestación de Siamorfhe tuvo lugar durante las bodas de los monarcas Hedrak III y Zaranda de Tethyr en las que manifestó su apoyo a ambos reyes como legítimos gobernantes de Tezhyr.

Clero de Siamorfhe

Los clérigos de Siamorfhe sirven como consejeros de nobles si no son de linaje noble o como gobernantes de serlo. Si un clérigo se encuentra con un gobernante que no sigue la forma de conducta que predica Siamorfhe es su deber hacer rectificar al noble o conseguir que sea reemplazado por un miembro más apto del linaje.

A la practica muchos miembros de la fe pasan su tiempo como consejeros, investigando genealogías e historia de las familias nobles, coordinando ceremonias de investidura y determinando quién hereda diversos títulos.

Los miembros de la fe de Siamorfhe son conocidos de forma colectiva como los Herederos de Siamorfhe. Esta práctica tiene su origen en el hecho de que muchos de sus clérigos son descendientes de la forma mortal de la diosa, o de alguno de sus predecesores, y que técnicamente podrían heredar el manto de la divinidad por si mismos.

Dentro de la fe hay una estricta jerarquía de títulos y rangos, pero en la práctica esta jerarquía es menos importante que el rango dentro de la nobleza del clérigo. Los títulos son: Lord o Lady Heredero, Baron o Baronesa Heredero/a, Vizconde o Vizcondesa Heredero/a, Conde/Condesa Heredero/A, Marqués/Marquesa Heredero/a, Duque/Duquesa Heredera, y Alto Señor/Señora Heredero.

La Orden del Cáliz de Plata es una orden fundada por el Marquesa Heredero Aalangama Gulderhorn, el segundo hijo de Lady Belkerrri Gulderhorn, unos siete años antes de la Era de los Trastornos.

Aalangama volvió a Tezhyr dado que había tenido una visión de Siamorfhe en la que la instaba a recuperar el poder de la nobleza buscando a supervivientes de los Díez Días Negros de Eleint para que gobernasen de forma justa.

Dogma

Los nobles son los gobernantes por derecho de la masa de la humanidad, siempre que actúen de acuerdo con las tareas y responsabilidades del gobierno. Los nobles tienen la obligación moral de gobernar de la mejor manera posible para la gente que está bajo su mando, incluso si sus obligaciones entran en conflicto con sus deseos personales.

Los descendientes de las líneas de sangre nobles heredan su carisma y potencial para la sabiduría de sus antepasados nobles. Sus fortunas familiares les proporcionan suficiente tiempo de esparcimiento como para ser educados de forma apropiada como gobernantes. La herencia habitual de los títulos nobles siguiendo estrictas reglas de sucesión reduce la posibilidad de luchas de poder entre pretendientes rivales al liderazgo. Una clase noble fuerte que se preocupe por los plebeyos de Faerun y que busque lo mejor para sus intereses es la forma más estable y justa de gobierno.

Celebraciones y días sagrados

Los clérigos de Siamorfhe rezan para sus conjuros al mediodía, cuando el sol (que consideran el cáliz de Siamorfhe) esta sobre sus cabezas.

La iglesia de Siamorfhe ha perdido muchas de sus antiguas ceremonias y tradiciones con lo que la fe los ha ido recuperando lentamente por medio de la exploración de antiguos castillos de miembros de la fe.

Los actuales servicios de la fe suelen ser concilios de nobles discutiendo sobre asuntos políticos. El nombre de Siamorfhe es pronunciado antes y al final de la sesión con una breve plegaria.

Los clérigos de Siamorfhe han creado una gran cantidad de ceremonias. Una de las más recientes, y de mayor éxito, consiste en un bautismo de un heredero recién nacido contando con la presencia de un Clérigo de Siamorfhe.

En Aguas Profundas la fe cuenta con un día sagrado en el Distrito Marítimo y Norte durante el cual los nobles se desplazan vestidos con ropajes antiguos, hablando con un lenguaje rebuscado y forzado que se abandonó hace siglos y repartiendo monedas de cobre y plata entre los plebeyos.

Vestimenta

Los clérigos de Siamorfhe suelen llevar ropas de color púrpura profundo fabricadas con las sedas más finas y con las gemas y pieles más ricas. Dos túnicas nunca son iguales pues la ostentación depende en parte de la riqueza de la familia de la que es miembro el clérigo más que del rango dentro de la fe.

Los clérigos de Siamorfhe siempre llevan uno de los dos símbolos de la fe: un brazalete de plata adornado con un sol dorado en miniatura o en cálices de plata.

jueves, 17 de julio de 2008

Retazos de Historia III - Los bárbaros Uthgardt

Los bárbaros Uthgardt, de cabello moreno y ojos azules, están divididos en once clanes. Algunos vagan por el Norte como nómadas, mientras que otros viven en comunidades permanentes. Están emparentados con los norteños de Ruathym y hablan un dialecto del iluskano. No sienten mucho aprecio por los sureños y los pueblos civilizados.
Por lo general, veneran a Uthgar como deidad principal. cada tribu tiene una bestia totémica, que representa el aspecto de Uthgar que mas reverencian; un túmulo ancestral, que alberga la magia y los espiritus de la tribu; y un antiguo enemigo ritual; que los exploradores de la tribu eligen como predilecto. Todas las tribus Uthgardt odian a los orcos hasta el punto de llegar a aliarse con los no Uthgardt para enfrentarse a ellos. Ninguna tribu de bárbaros Uthgardt cortará a sabiendas un arbol vivo.
Tribu del Alce: La tribu del alce vaga por los Páramos Eternos y la tierra cercana al Río Dessarin. Son poco más que bandidos, y muchos han abandonado el culto a Uthgar a favor de Talos.
Tribu del Árbol Fantasma: Tras unos cuantos años de tumultuoso conflicto, los Árboles Fantasma se han declarado protectores del Abuelo Arbol. De momento, no se lo ha discutido ningún otro habitante del Bosque Alto que respete al árbol.
Tribu de la Bestia del Trueno: La más civilizada de las tribus vive (aunque no cultiva) cerca del Bosque Alto. La bestia totémica de la tribu es un gigantésco dinosaurio.
Tribu de los Cuervos Negros: Los Cuervos Negros, la tribu más vinculada a la tradición, vuela hacia la batalla (más a menudo hacia las caravanas) a lomos de cuervos gigantes.
Tribu de la Gran Sierpe: Hace varios años, unos aventureros mataron a una benévola criatura dracónica que había gobernado la tribu de la Gran Sierpe. La tribu ha mantenido el equilibrio gracias a un buen liderazgo y el hecho de que la Sierpe parece seguir cuidando de ella, como demuestran las armaduras mágicas hechas con su cuerpo, que aparecieron fuera de las tiendas en que dormían los dos líderes de la tribu.
Tribu del Grifo: La comunidad de la Tribu del Grifo está asentada en el territorio de Nido del Grifo, la cual es una comunidad próspera y bien organizada. La mísma ve con buenos ojos el contacto con aventureros para aprender de ellos trucos que utilizar contra los guerreros civilizados. El líder de esta tribu desea algun día asediar y tomar alguna ciudad del norte.
Tribu del León Negro: los Leones Negros han traicionado las tradiciones Uthgardt y se han instalado cerca del lugar sagrado del Pozo de Beorunna. La mayoría de la gente de esta tribu ha abandonado el culto a Uthgar y ahora venera a Helmo, Illmater, Torm y Tyr.
Tribu del Lobo Gris: Los miembros de la Tribu del Lobo Gris son licántropos que se convierten en lobos cuando hay luna llena. Los individuos que la abandonan y se unen a otras tribus pierden la maldición después de haber pasado un año como iniciados del tótem de otra tribu Uthgardt
Tribu del Poni Celeste: Ésta, que es la tribu más activa de todas se dedica fanáticamente a Tempus, el aliado de Uthgar.
Tribu del Tigre Rojo: Esta pequeña tribu de cazadores, con base cercana al pozo de Beorunna, se enorgullece de estar cazando usando como armas unas dagas de tres puntas, llamadas "garras de tigre".



Uthgar (Dios Menor)

Padre de los Uthgardt bárbaros de la Frontera Salvaje, Uthgar (uhth-gar) es un orgulloso, independiente y feroz guerrero. Según algunas leyendas él es el hijo de Beorunna (un Netherino héroe guerrero cuyos seguidores se convirtieron en las tribus bárbaras del norte), mientras que otros afirman que es la descendencia divina del poderoso Tempus. El Padre de la Batalla tiene pocos amigos y se ha mantenido relativamente al margen en la política divina. La plena y sincera risa de Uthgar suena cada vez que oye una buena broma. Él disfruta de los placeres sensuales de la carne, incluso en su estado divino y le gusta cazar, comer, beber y ser feliz en sus salones festivos con los espíritus guerreros que ha llamado a servirle. A pesar de que es un incansable y metódico táctico, sus estrategias de combate no son terriblemente inspiradas. Él se siente impulsado a ganar en el largo plazo, sin embargo, especialmente si los bárbaros Uthgardt (su pueblo) se ven amenazados. Uthgar tiene muchas caras, en sus formas como los diversos tótems bestia, pero en su sala de siempre se le representa como una tarea difícil, burdamente barbudo, de pelo rubio guerrero con los ojos de un azul penetrante vestido sólo en un arnés de batalla, ropas de cuero y botas de pieles.
Poco conocido fuera del duro reino del Norte, la iglesia de Uthgar no existe per se fuera de las filas recogidas de los que veneran el culto a diversos bestia chamanes. Aunque generalmente visto como salvaje y aterradora por los demás habitantes de la Frontera Salvaje, en verdad el carácter de la iglesia de Uthgar varía mucho de tribu a tribu. En los últimos años, personas de Uthgar han trabajado para quitar la mancha en su reputación causado por las acciones crueles de la ahora extinta-Tribu del Oso Azul (cuyo tótem fue derrotado y absorbido por el Señor de las Bestias Malar) y este hecho ha aumentado la aceptación de Uthgar fuera de la las tribus bárbaras. El fervor religioso dentro de las tribus se ha incrementado debido a varios niños en cada tribu han nacido con una marca bestia-tótem de nacimiento, que ha sido tomado como un signo de gran favor. Estos dos factores provocaron el alzamiento de Uthgar al nivel de un dios menor.
Los clérigos de Uthgar rezar al amanecer o atardecer.
Son casi exclusivamente por hombres y cada uno rinde culto a la bestia espíritu tótem de su tribu. El equinoccio de primavera y los dos solsticios son los días santos y convergen todas las tribus a sus ancestrales túmulos (o el Pozo de Beorunna, el más sagrado de los túmulos de tierra ancestral), durante el equinoccio de otoño para llevar a cabo las ceremonias, los acuerdos y comulgar con los espíritus ancestrales. Durante el Encuentro Rúnico, Uthgardt jóvenes deseosos de ser los adultos (y los guerreros de todas las edades) participan en el ritual de la Caza Rúnica, en el que los participantes buscan la victoria sobre uno de los rituales de la tribu enemigos - por lo general orcos. Cuando los jóvenes completan un Caza Rúnica con éxito, los clérigos de Uthgar celebran una ceremonia, conocida como la Telhut, a iniciar en la adultez. Los clérigos Uthgardt de Chauntea inician las niñas en Uthgardt mujer en este paso también.




Tomado en parte de el escenario de campaña de Forgotten Realms.

miércoles, 9 de julio de 2008

Retazos de Historia II - El retorno de los archimagos

Las umbras están aquí y van en serio. Su aparición ha preocupado mucho a los consejos de sabios y estudiosos, y difícilmente haya una ciudad en Faerûn que no haya oido rumores sobre estos misteriosos extranjeros. ¿Quienes son estos seres enigmaticos? Nada menos que un pedazo de historia viviente desgarrado del pasado casi olvidado de Faerûn. Sus antepasados y su ciudad volante partieron de Faerûn hace mas de 1700 años, justo en el momento en que su tierra, el imperio de Netheril (o Nezheril en castellano), era aniquilado por un catastrófico desastre nacido de un desesperado intento por salvar el imperio de los estragos de su mayor enemigo. Como la nación arcana más avanzada de su tiempo, Netheril ostentaba un saber mágico desconocido en Toril desde su destrucción. Hasta ahora.
La ciudad escapó de la desgracia gracias a la gran magia que trasladó a la ciudad y a toda su gente al plano de la Sombra.

Anaurokh es obra de los phaerimm, una raza de poderosos magos no humanos que apareció en la Infraoscuridad bajo el corazón de Netheril hace miles de años. Cuando Netheril alcanzó el cénit de su poder, estos poderosos enemigos crearon una terrible magia de consunción de vida, una maldición que deshidrató las tierras del imperio y empujó a los poderosos archimagos hasta una docena de tierras distintas.

Mucho después de que la ciudad de Umbra partiera de Faerûn, los phaerimm siguieron aterrorizando al mundo hasta que otra raza primordial, los sharnos, pusieron fin a sus expolios.
A finales de invierno de 1371 CV, el Año del Arpa no tocada, un grupo de guardianes de tumbas eternios dirigidos por Galeron Nimhedu descubrió a un grupo de humanos que intentaba excavar un túnel a través del muro de roca de una antigua cámara funeraria élfica con la ayuda de un contemplador cautivo. El propósito de los invasores era alcanzar la muralla de los Sharnos, la barrera mística que mantenía a los phaerimm atrapados bajo Anaurokh, y reunirse con un príncipe de la ciudad de Umbra.
Por alguna causa inesperada, se desgarró un agujero en la muralla de los Sharnos, permitiendo a los phaerimm abrirse paso y entrar de nuevo en gran cantidad en Faerûn. Cuando los phaerimm liberados amenazaron la ciudad de Eterniôn, el Gran príncipe Umbra no tardó en prestar apoyo umbrino a la sitiada comunidad élfica.
Una vez que Umbra hubo regresado a Faerûn, los umbrinos actuaron rápidamente para consolidar su poder y oponerse a los phaerimm, que ya habían puesto cerco a Eterniôn. Los príncipes de Umbra utilizaron su magia sombría para crear un poderoso escudo de sombras, que separó a los phaerimm que rodeaban Eterniôn de la magia de la Urdimbre.
Los umbrinos no perdieron el tiempo y afianzaron alianzas en la guerra contra los phaerimm, enviando mensajes a casi todos los poderes de importancia en la región. Aguas profundas, aunque sospechaba de los motivos de los umbrinos, accedió reluctantemente a trabajar con la ciudad de Umbra, al menos temporalmente. Incluso el dracoliche Malygris, Soberano azul de Anaurokh accedió a prestar ayuda a la ciudad de Umbra a cambio de ser liberado del Culto del Dragón.
Piense lo que piense el resto de Faerûn sobre los umbrinos, muchos elfos han expresado a regañadientes su sincera gratitud por esta valiosa ayuda. Sin el poder arcano de la ciudad de Umbra, Eterniôn habría sido destruida con toda probabilidad. Los phaerimm frustrados en su intento de exterminar a los elfos, se han dispersado como resultado de la llegada de los umbrinos. Telamonte y sus hijos concentran ahora su energía en localizar y destruir a los phaerimm que quedan.
No se sabe exactamente cuantos phaerimm escaparon de su prisión, pero abundan los rumores. Historias que circulan en las tierras junto a Anaurokh dicen que su liberación fue accidental, una desafortunada combinación de energías arcanas en el muro mágico de los Sharnos. Otros rumores indican que fueron las mismas umbras las que arreglaron la liberación de sus viejos enemigos. ¿Que mejor manera, dicen estas historias, de ganarse la confianza y buena voluntad del resto de Faerûn que llendo en ayuda de Eterniôn?
La siguiente gran confrontación se produjo en las Aguas Sinuosas cuando tropas de refuerzo agundinas que viajaban a Eterniôn bajo el mando de Léral y Tormenta Manargenta fueron emboscadas por fuerzas de osgos contempladores e ilícidos dirigidos por un pequeño grupo de phaerimm. Aunque la derrota de la Elegida de Mystra parecía ineludible, los umbrinos apelaron a los servicios de su aliado Malygris, y una escuadrilla de dragones dirigida por el propio Señor
Azul, cayó sobre las fuerzas de los phaerimm y las aplastó.
En ese punto, las sospechas que los agundinos tenían respecto a los umbrinos se hicieron más fuertes, haciendo que la débil alianza entre las ciudades se debilitase. Uno de los Señores enmascarados de Aguas Profundas, insultó al príncipe Aglarel de Umbra cuando éste último apareció ante los líderes de la ciudad para asegurarles que los dragones no representaban ninguna amenaza para el ejército de Aguas Profundas. Encolerizado por la acusación de traición del señor, e insultado por la negativa del mismo a ofrecer una disculpa, Aglarel Tanthul retiró la oferta de una alianza formal con Umbra y rescindió la promesa de su ciudad, negando cualquier ayuda posterior a Aguas Profundas.
Tras ello los umbras dedicaron su atención a las ruinas de Myt Drannor , que durante mucho tiempo había sido el hogar de un enclave phaerimm.
A pesar de la retirada de la ayuda de Umbra, el ejercito de Léral alcanzó Eterniôn. Sin embargo, gracias a la retirada de los umbrinos, los defensores de Eterniôn sufrieron una severa derrota y se vieron forzados a retirarse y reagruparse.
Mientras, la princesa Alusáir Obarskyr de Cormyr estaba agasajando a los emisarios umbrinos y considerando los beneficios de una posible alianza entre el Reino bosque y la ciudad de Umbra. Pero cualquier posibilidad de alianza fue destruída por la inesperada llegada de Galeron Nihmedu. Aunque todavía trataba de controlar el lado oscuro de su naturaleza que su práctica de la magia de la Urdimbre Sombría había liberado, el joven elfo proporcionó de cierta información la cual hizo que Cormyr cambiara su postura. La Regente ordenó a los emisarios que dejasen Cormyr y comenzó a organizar una alianza para atacar directamente a Umbra.
Conscientes de que Cormyr estaba preparándose para asaltar su ciudad, los umbrinos reunieron tantas de sus tropas como podían permitirse y marcharon contra el propio Cormyr. Los cormyreanos estaban preparados para oponerse a los umbras, y se encontraron con ellos en Tílverton, donde se liberó una espectacular oleada de energía que destruyó completamente aquella ciudad.
Algunas voces susurran que fue la ciudad de Umbra la que destruyó la población cormyreana de Tílverton, usando antigua magia nezherina para reducir la ciudad a un cráter humeante.
Se cuenta también que los cinco elegidos de Mystra(Khelben Arunsun, Tormenta Manargenta, Paloma Mandelkhón, Léral Manargenta y Alustriel Manargenta) entraron a la ciudad de Umbra sinser detectados y atacaron desde dentro, no haciendo gran mella en el enemigo, pero evitando por lo visto permanentemente, el efecto arcano que derretía el Hielo Alto.

El Retorno de los Archimagos, como han apodado los bardos a esta serie de acontecimientos, ha dejado en el desorden a gran parte de las Tierras centrales. El ejército de Eterniôn se ha visto casi totalmente destruido, Cormyr todavía tambaleándose tras la pérdida de Tilverton y el posterior golpe de la reciente muerte del rey Azoun IV, y virtualmente todas las naciones de la región se están enfrentando ahora a graves sequías y a una crisis económica. Además, dada la tenacidad de los umbrinos, parece poco probable que esta paz temporal vaya a durar mucho más.