El intrigante caballero
Pasos provenientes del pasillo del que habían venido.. Pasos firmes, tranquilos y seguros... Según los finos oídos de Felagund, el elfo, Un caminar de un solo conjunto de botas de cuero al golpear contra el solido y rocoso suelo de los pasillos, excavados a conciencia por criaturas que gozan del don de la buena edificación y artesanía. ¿Como podía ser posible? ¿Que ser o criatura podía caminar con tanta seguridad y provenir de aquellos pasillos? ¿Tal vez el mismísimo Gaarghmand? ¿Una criatura de otros planos? ¿Algo aún peor? ¿Vendrá tal vez de alguno de los otros igualmente peligrosos pasillos de la intersección?
Aquellos pensamientos le pusieron en alerta e inmediatamente se levantó del rocoso asiento que constituía el piso, para tomar posición junto al Puño Sagrado de Ilmater, Mirael, mientras Ensaloth hojeaba su libro arcano del que nunca se alejaba, misteriosamente calmo desde el piso, oculto de toda visiblidad posible desde aquel pasillo, cubierto ahora por la expectante intriga de los compañeros. ¿Donde estaban el resto de los compañeros? ¿Dearka, el veloz arquero, o Toolegar el valiente enamorado de la difunta Naria, VanGolBerr el semi-orco del que su temeraria hacha podría serles útiles en momentos críticos como este, o los demás?
De la oscuridad del fondo de aquel pasillo, un hombre de cabellos rizados, oscuros, cuyo largo no superaba sus hombros, y de poco volumen hizo su aparición, su caminar tranquilo, seguro, portando efectivamente unas botas de cuero, que formaban parte de un austero pero no menos imponente conjunto armado compuesto por una cota de mallas, un cinto de cuero, guantes de cuero, un tabardo de cuero también, que dejaba visible de su armamento la empuñadura y funda de un arma de hoja relativamente mas grande que una espada larga usual pero sin símbolos distintivos ni joyas ostentosas. A medida que se acercaba desde la distancia caminando a un tiempo que a los Felagund y Mirael se les antojaron siglos, se podía notar que poseía un rostro conformado de una mandíbula cuadrada, y numerosas cicatrices de una antigüedad incierta, que sacaba a la luz su experiencia en combate. Mas extrañamente, aunque encontraron a plena vista sangre opaca y viscosa en su pecho cual salpicadura de un corte a un oponente, no hallaron indicios de combate reciente en su cuerpo, ni agitación, ni heridas. Venia asiendo una pañoleta sobre la mancha fresca al parecer tratando de limpiarla.
Al no presentar una actitud hostil, los guardianes de los difuntos compañeros trataron de imitar esta actitud, aunque luego después pueda convertirse la misma, en un puro formalismo previo al enfrentamiento, si las cosas no fueran lo que parecen. Pero simplemente los compañeros no estaban con ánimos de provocar uno.
"Bien hallados, buenas gentes, mi nombre es Renvor" - Se dirigió el extraño asintiendo con la cabeza. Y guardando la pañoleta en alguno de los bolsillos internos de la tabarda.
2 comentarios:
ya a esa altura de la noche, pensamos que se llamaba rebrov, rebro para los amigos, en vez de renvor D;
A veces pasa.
Como a Lore le pasó que dijo de matar a los "dinosaurios" refiriendose a los kobolds. xDD
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